29 de enero de 2012

Nunca digas que no vale la pena.

El amor, las relaciones, los sentimientos, no se fundan en una razón prudente; por eso no me gusta hablar de amores imposibles, si no de amores improbables. Por que lo improbable es por definición probable, lo que es casi seguro que no pase, es que puede pasar. Mientras haya una posibilidad, media posibilidad entre mil millones de que pase, vale la pena intentarlo.



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